A la hora de elegir el mejor campo de golf de Marbella (best golf course Marbella) es difícil decidirse, puesto que todos son espectaculares. Para el simple aficionado, solo cuenta la belleza del paisaje, lo verde del pasto, la atención del personal y el nivel de mantenimiento. Sin embargo, el jugador profesional considera muchos otros factores en el momento de hacer su evaluación.

Según su destreza querrá enfrentar los retos representados por las lomas y sus exigentes pendientes, los bunkers o trampas de arena, la configuración del green, los obstáculos de agua, etc. La combinación de estos elementos ofrece diversas posibilidades y obliga a plantearse diferentes estrategias. Y estas dependerán incluso para una misma persona, de cómo avanza el recorrido y hasta de su estado de ánimo ese día.

No obstante, la distribución del campo, aunque obedece primordialmente a la oferta que el diseñador quiere presentar al golfista, intenta ser lo más semejante posible a las condiciones naturales del lugar; es decir, siempre se busca introducir un cambio mínimo al ambiente. Así, se suaviza el impacto ecológico y se mantiene la armonía de la zona.

Cada diseñador imprime su estilo particular al campo

Los lagos, por ejemplo, están pensados para proteger los greenes y plantear un reto a los jugadores. Asimismo, proveen un gran espacio de almacenamiento del vital líquido, utilizado por las noches al regar el césped. Y las calles serán más o menos anchas dependiendo del grado de dificultad que se quiera ofrecer, porque fuera de allí la hierba es alta y el juego se hace incómodo.

Si los clubes están situados en zonas desérticas, con objeto de mantener el equilibrio con el entorno, tendrán poca vegetación y será de tipo xerófito. Por el contrario, al encontrarse en regiones donde llueve en abundancia, la clase y cantidad de árboles presentes mostrará esa generosidad de la naturaleza.

En conclusión, un campo de golf que desee destacar ha de estar bien organizado y tener en cuenta parámetros como la amplitud y la diversidad de retos que ofrezca al jugador. Pero, dado que se trata de relajarse y pasar un buen rato, el paisaje debe ser capaz de sorprender y proporcionar, en sí mismo, todo un seductor espectáculo.